martes, 14 de mayo de 2019

CUMPLE SORPRESA (cuento juvenil)



         Extraído del libro "LAS MEJORES, nuestro grupo de WhatsApp". 

          Libro compuesto por ocho cuentos juveniles, que relatan historias de un grupo de cuatro amigas pre adolescentes, que nos llevan a reflexionar al mismo tiempo que naturalizar, muchas situaciones que se presentan a esa edad y tantas veces quedan escondidas en la intimidad de un chat de grupo de WhatsApp.
            
          Episodios inmersos de realidad, a veces tristes y a veces divertidos, pero con una mirada diferente, la mirada de ellas, inundada de inocencia, lealtad y amor.


            Faltaban pocos días para que Cata cumpla años. Ella estaba sin ganas de festejar su cumple, o en realidad quería festejarlo, solo que en un salón, pero la mamá no podía gastar tanto y el papá como siempre no se ocupaba.

            Estaba un poco caída, pero ella ni ahí que te lo va a demostrar, cuando le pasan cosas tristes no nos dice nada y se lo guarda. Pero como ya la conocemos bien, aunque no nos lo diga, nosotras nos damos cuenta enseguida.

            Así que decidimos hacerle un cumple sorpresa. Lo más difícil de los cumples sorpresa no es ni buscar ideas ni organizarlos, para eso estamos re cancheras, lo complicado es que la cumpleañera no se dé cuenta.

            La primera que nos mandamos fue que Juana armó un grupo en WhatsApp para organizar todo y la muy boluda la incluyó a Cata en el grupo. No podíamos creerlo, ¡no podía ser lo que había hecho!

                —Esa inteligencia no te la robo Juani — le dijo Marti, y ella no paraba de reírse. Ante este panorama, empezamos a pensar que podíamos hacer para salir de semejante quilombo y empezar con los preparativos.

            Marti armó un nuevo grupo que se llamó “cumple Cata sin Cata”, para discutir que hacíamos con el grupo “cumple Cata”. La idea era resolver el tema lo antes posible. Cata ya lo había visto pero no dijo nada.

            Ninguna de nosotras, por suerte, había llegado a hablar por “Cumple Cata”, nos dimos cuenta al toque de la cagada. Yo propuse hacer como si nada, como que armamos un grupo para hacerle el cumple y después nos colgamos.

            Marti pensó en decirle que hicimos el grupo para convencerla de festejar y organizar entre las cuatro su cumple, pero no era muy creíble, porque ya teníamos un grupo las cuatro, no necesitábamos hacer otro.

            Juani, la que se mandó la cagada, dijo que le digamos que habíamos armado el grupo “Cumple Cata” para organizarle algo, pero como la agregó sin querer y se enteró de la sorpresa, ya no íbamos a hacerle nada, (pero lo hacíamos igual).

            Después de mucho pensar nos dimos cuenta de que ni ahí iba a creernos nada de lo que podíamos inventar para zafar, como que ya no podíamos arreglarla, entonces no dijimos más nada y nos hicimos las boludas.

            Seguimos hablando en “Cumple Cata sin Cata” para empezar a organizar todo. Estábamos super entusiasmadas. Hicimos varias listas. Lista de comidas, lista de regalos, lista de actividades y lista de decoración.

            En cada lista dividimos la hoja en dos y anotamos que íbamos a hacer y que materiales necesitábamos, y después, de que nos íbamos a ocupar cada una y cuando y en qué casa lo íbamos a armar, ¡ah!, y si necesitábamos ayuda.

            Mientras tanto Cata no decía ni una palabra de su cumple, nosotras hablábamos a escondidas y teníamos mucho cuidado de no equivocarnos de grupo de WhatsApp y cuando ella venía como que tratábamos de disimular.

            La mamá de Cata nos contó que le había revisado el celu, así que decidimos no escribirle más, porque también nos lo podía revisar a nosotras. Empezamos a llamarla para arreglar todo y eliminábamos las llamadas enseguida.

            Buscamos fotos en las que estuviéramos las cuatro y tres cada una en las que estuviésemos solas con ella. Desde el jardín hasta ahora. Juani se ocupó de imprimirlas y cada una buscó en su casa luces de navidad y broches para colgarlas.

            Marti armó una caja para ponerle nuestras cartas y para que después guarde las fotos. Quedó buenísima, imprimió fotos nuestras en negro, en la compu, las pegó en una caja de zapatos y le pasó un barniz que tenía su mamá.

            Nos juntamos en mi casa para hacer y decorar la torta, nos ayudó mi mamá para que saliera bien. La cubrimos con merengue italiano y arriba le pusimos una foto de las cuatro y la llenamos de pedacitos de chocolates.

            Compramos muchas golosinas e inflamos un montón de globos. El día anterior que Cata tenía acrobacia en tela, fuimos a su casa y decoramos todo el quincho. Lo más difícil le tocaba a su mamá, que no podía dejarla entrar.

            La mamá de Cata amasó pizzas y compró snacks, cuando Cata le preguntó le dijo que era porque seguro la familia y nosotras íbamos a saludarla. Parece que se lo creyó, pero a la noche le escribimos nosotras:

            — Cata — le escribió Marti en el grupo.

            — Hola chicas — contestó Cata enseguida.

            — No sabés lo que pasó, íbamos a ir a tu casa para saludarte y darte una sorpresa a la tarde, pero no vamos a poder — le contó Marti haciéndose la preocupada.

            —A Marti y a mí nos pusieron horas de entrenamiento a la tarde, podemos pasar un ratito a la noche — le dije yo haciéndome la que estaba triste.

             — Y a mí no me dejan porque vinieron mis abuelos de viaje — le dijo Juani, por supuesto mintiéndole.

            Se hizo un silencio y Cata nos dijo:

             — No se preocupen chicas, después organizamos algo.

            Listo, ya estaba el plan en marcha, habíamos reconocido que pensábamos ir, de todas maneras, ella había visto el grupo.

            Al día siguiente era viernes, y nos juntamos en la esquina de la casa de Cata a las cuatro y media de la tarde. Prendimos las velitas y un parlante re fuerte con la canción del cumpleaños y empezamos a caminar hacia su puerta.

            Cata se asomó por la ventana y ¡no podía creerlo!, se puso a llorar y no la podíamos calmar, y ahí nos pusimos a llorar nosotras tres también. Sopló las velitas, su mamá agarró la torta y las cuatro nos abrazamos y ¡seguimos llorando!

            Le vendamos los ojos y la llevamos al quincho, y otra vez a llorar. Jaja. Y bueno, como que somos sensibles, nosotras somos así, tipo que nos emocionamos por las cosas, y las cartas, las fotos y la decoración la emocionaron.

            Nos quedamos toda la tarde juntas y también a dormir. La pasamos super bien, nos divertimos, comimos y nos reímos un montón. Somos unas capas organizando cumples sorpresa, salvo por lo del grupo de WhatsApp. Jaja.

            Sacamos un montón de fotos para Snapchat e hicimos por Instagram trasmisiones en vivo, a las que se sumaron nuestros amigos del cole que ya les habíamos avisado y estaban esperando para saludarla. ¡Fue alta joda! Cata estaba super feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario